Preferiría no saberlo...
A veces hay cosas que las personas prefieren no saber, ya saben, como si tienen cáncer, o si no van a pasar un curso de la universidad. Dicen que es una manera de afrontar la situación, claro, una manera más fácil de afrontar una situación.
En mi caso, muchos libros y podcasts dicen que tengo huevos al decirle a mis patas que soy gay (si es que no lo sospechaban tras años de no tener enamorada en la universidad). No creo que sea algo por lo cual me deban dar el un premio, es decir, la señora del kiosko de mi edificio podria ganárselo en mi lugar, solo que lo que pasa es que ahora tengo que enfrentarme a la sociedad, a la Iglesia (que es buena dentro de todo), al Estado, a la sociedad (otra vez) , a mis patas, y a mi familia.
Tsss. Que flojera, si alguien me hubiera dicho que eso sería tan trabajoso nunca lo hubiera hecho.
Le pregunté a unos cuantos broders gays que fue lo que hicieron, como lo hicieron, cuando dijeron que eran homosexuales (malpensados, segurito están pensando en sexo nomás... pues descuiden, ese capítulo pronto vendrá). Pues los casos son tan variados como divertidos o desgarradores. Ustedes escojan el tipo de testimonio que quieran escuchar y verán que muchas veces las personas no aceptan por temor, por odio, por recuerdos que no quieren recuperar; o aceptan con los brazos abiertos, con risas, con un "ya lo sabía", o con un simple te sigo queriendo.
Sin embargo, aún no he llegado a la etapa de decirselo a mis viejos. Recuerden que es Navidad, y que a pesar de ser la época del año donde uno ama y perdona y compra regalos en cantidades industriales mientras algunos niños tendrán una miserable cena de chancay con té, no es recomendable dar este tipo de noticias porque, vamos, esto no es un especial navideño americanizado. Es la vida real, y como tal, soltar este tipo de bombas puede traer consecuencias nefastas y fatales.
Así que de momento me centro en aquellos amigos que considero vale la pena que lo sepán.
Después que mi mejor amigo lo supo, y me dejo medio decepcionado con su reacción fría, lo dejé dos dias para que pudiera asimilar algunas cosas. No todos los días alguien te dice algo así.
Fui a verlo para que arreglará la computadora de mi hermana, así que aprovechamos para hablar tranquilamente, como hacíamos/hacemos siempre. Antes de empezar a recriminarle el cold shoulder, me dijo que no tenía problemas en aceptarme como era, ya que somos patas, mejores amigos, casi hermanos. Lo que pasaba era que no podía entender como me gustaban los hombres y no las flacas, ni siquiera la flaca mas buenota de toda la UP.
Ehhh, ¿explicarle?
Ahh si, olvidé mencionarles que toda esta conversa no paso en la jato de Hendry, sino en el carro de Mikel. La cosa es que teníamos que ir a vender una cámara a una zona medio payasa de San Miguel, y como Mikel era el que iba a vender, pues Hendry y yo nos quedamos hablando en el carro. Si, todo el ambiente propicio para poder discutirlo, mientras chineabamos cada dos segundos que no se apareciera un amigo de lo ajeno con una bujía caliente... que cosas.
Pues bien, le traté de explicar algunas cosas a mi pata, de manera que no fueran muy fuertes para él, ya que demasiada información podría dejarlo aturdido (que fue lo que pasó el primer día que se lo dije). Se que él intenta comprender lo que ocurre, así que lanzó está curiosa alternativa:
- Broder, lo que pasa es que a ti te ha condicionado el hecho de tu timidez, de que las flacas te han rechazado. Tu necesitas comerte a una flaca, venirte dentro de ella para que veas lo rico que es.
- Ahm, si se que es rico tirar sabes.
- Putamaaare... pero mira, comete a una flaca y de ahi puedes decir si eres cabro o no. ¿Por qué no te comes a Ale? Ella es una de las chicas con las mejores balas de la UP.
Si, mi broder me quiere y se preocupa por mí.
Digamos que la conversa no pudo durar mucho más, ya que Mikel apareció de las sombras donde los chibolos fuman terocal y nos pego un susto que hizo que uno de los dos se sobresaltara. No pudimos continuar la conversa hasta mucho después, porque un Bembos se puso en nuestro camino.
Ya cuando estabamos de camino a la jato de mi pata, este decide lanzarle la pregunta a manera de conversa. Que harías si tu pata es gay.
Mierda, Hendry ... te juró que me las pagarás.
Entonces Mikel contesta que puta... el se quedaría paltísima, que diría que está bien, que no habría roche, pero que poco a poco se iría alejando, que dejaría de andar tanto con el pata, que no le contestaría, hasta que eventualmente se corte el lazo.
Eso con un broder que no manya. Si fuera un broder broder, entonces la cosa sería un toke diferente. Le daría paltas principalmente:
- Puta, que me diga que es cabro y que está enamorado de mí, o peor, que me diga que lo ayude a gilearse a alguien... putamaaaaaare.
Entonces lo supe... aunque, quien no se habría dado cuenta al toke. Mikel no quiere saber. No lo necesita saber, porque quiere mantener la amistad.
Eso me hizo reconsiderar el contarle a cuanta gente que era gay. Tengo patas, patazas, conocidos y gente que ... ahiii nos saludamos de cuando en cuando y me invitan a sus tonos. No tengo que contarle a todos, ni siquiera a mis mejores amigos. Es difícil aceptarse, pero es más difícil para ellos aceptar algo que no entienden.
"Si eres cabro, porfas, no me digas"
Eso fue lo último que Mikel dijo, y con lo cual nos cagamos de risa los tres, porque él se quedo paltísima, mientras solo lo jodíamos de vuelta.
Ya en mi cama, mientras consultaba con la almohada, pensaba en por qué no consigo chamba, en por qué Miguel no me habla, hice una simple asociación de ideas. Si le digo, no le digo. Él no quiere saber. Está en su derecho. Pero luego recuerdo lo que el otro huevas me dijo, cuando Mikel se quitó al ñoba:
- Yo te habría dicho lo mismo si lo hubieras preguntado así como yo lo hice.